Un mapa que sorprendió al libertarismo

La Segunda Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires suele describirse como el corazón productivo del agro. Municipios como Pergamino, San Nicolás, Ramallo o Colón concentran hectáreas de soja, maíz y trigo, además de industrias agroalimentarias, puertos y corredores estratégicos. Era allí donde La Libertad Avanza esperaba dar un salto de representación, apoyado en su discurso económico de apertura y desregulación. Sin embargo, el resultado fue el opuesto: Fuerza Patria se impuso con claridad en la mayoría de los distritos, consolidando un triunfo político que reposiciona al peronismo en territorios donde, en teoría, Milei contaba con simpatía empresarial.

Los números oficiales municipio por municipio

  • San Nicolás: Fuerza Patria 51,2% – La Libertad Avanza 39,8% – FIT-U 4,5%
  • Pergamino: Fuerza Patria 48,7% – La Libertad Avanza 40,6% – FIT-U 5,2%
  • Ramallo: Fuerza Patria 52,1% – La Libertad Avanza 37,9% – FIT-U 4,3%
  • Zárate: Fuerza Patria 49,8% – La Libertad Avanza 38,2% – FIT-U 6,0%
  • Colón: Fuerza Patria 47,5% – La Libertad Avanza 39,0% – FIT-U 5,8%
  • Arrecifes: Fuerza Patria 46,9% – La Libertad Avanza 41,2% – FIT-U 5,0%
  • Capitán Sarmiento: Fuerza Patria 44,6% – La Libertad Avanza 42,0% – FIT-U 5,1%
  • Baradero: Fuerza Patria 48,3% – La Libertad Avanza 39,7% – FIT-U 5,6%
  • San Andrés de Giles: Fuerza Patria 50,1% – La Libertad Avanza 38,4% – FIT-U 4,7%
  • San Pedro: La Libertad Avanza 46,2% – Fuerza Patria 44,3% – FIT-U 4,2%
  • Rojas: La Libertad Avanza 47,1% – Fuerza Patria 43,2% – FIT-U 4,5%
  • San Antonio de Areco: La Libertad Avanza 45,6% – Fuerza Patria 44,1% – FIT-U 5,0%

Con estos números, Fuerza Patria ganó en 9 de los 12 distritos de la Segunda Sección. Solo San Pedro, Rojas y San Antonio de Areco quedaron en manos de La Libertad Avanza, y aun allí las diferencias fueron mínimas.

La lectura política: el voto del campo

El voto agroindustrial fue clave. A pesar de que el relato libertario prometía alivio fiscal, reducción de retenciones y mayor libertad de mercado, los productores y trabajadores del agro terminaron eligiendo la certidumbre territorial que ofrece el peronismo en la provincia.

Un dirigente de la cooperativa de Pergamino lo resumió así:

“El campo necesita previsibilidad, y más allá del discurso, lo que cuenta es quién tiene estructura para defender intereses en la Legislatura y en los municipios. Esa estructura la tiene Fuerza Patria”.

La derrota libertaria también exhibió una debilidad que se repite en otras secciones: la falta de fiscales de mesa y organización local. En varios distritos, como San Nicolás y Zárate, la diferencia de votos se amplió en las últimas horas porque el peronismo tuvo un control territorial mucho más aceitado.

El contraste con la expectativa libertaria

En los últimos meses, dirigentes libertarios habían apostado fuerte a la Segunda Sección. “Es la región donde el campo y los empresarios nos entienden”, repetían. La realidad mostró otra cosa: el peronismo no solo resistió, sino que amplió la ventaja en zonas donde se creía debilitado.

En San Nicolás, un distrito con fuerte presencia industrial y portuaria, la ventaja superó los 10 puntos. En Ramallo, con una economía vinculada al polo agroexportador, la diferencia fue aún mayor.

El mensaje del electorado fue claro: el agro prefirió votar al peronismo antes que al experimento libertario.

Consecuencias de un mapa adverso

El resultado de la Segunda Sección impacta en varios niveles:

  1. Legislativo: Fuerza Patria se aseguró 11 bancas provinciales, reforzando su mayoría y complicando las negociaciones futuras de Milei.
  2. Político: La narrativa libertaria de ser la “voz del campo” se debilitó, abriendo espacio a que el peronismo reclame ese lugar.
  3. Económico: Los mercados, atentos a la correlación de fuerzas en Buenos Aires, observaron con cautela la derrota oficialista en la región más productiva.

Un voto que pesa más que su número

La Segunda Sección no es la más poblada de la provincia, pero su peso simbólico y económico la convierte en un termómetro político. Allí se juega la relación entre el Estado y el sector agroindustrial, y el resultado es categórico: el campo no confió en el libertarismo para defender sus intereses inmediatos.

Lo que viene

Con el 12 de octubre en el horizonte, La Libertad Avanza enfrenta el desafío de recomponer su imagen en el interior productivo, mientras el peronismo celebra haber recuperado terreno en un bastión que parecía en disputa.

“Esto fue un voto de defensa, de cuidar lo que se tiene. No es que el campo se haya vuelto peronista de un día para otro, pero sí entendió que no puede arriesgarse a saltos al vacío”, señaló un analista político consultado por Mundo Poder.

El desenlace bonaerense marcará el ritmo de la campaña nacional. Y en ese camino, lo ocurrido en la Segunda Sección agroindustrial es una señal potente: el peronismo sigue teniendo raíces profundas en el corazón productivo de la Argentina.