En medio de un nuevo capítulo de tensión política, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, respondió este domingo a las críticas de Cristina Fernández de Kirchner sobre la situación económica de la Argentina y las decisiones del Gobierno nacional.

En declaraciones radiales, el funcionario defendió el rumbo económico adoptado por la administración de Javier Milei y lanzó una ironía hacia la ex mandataria: “Seguramente en prisión no debe recibir todos los números de la Argentina. No sé de dónde los saca ni quién se los manda”, señaló, en referencia al mensaje que Cristina publicó en su cuenta de X (ex Twitter).

La ex presidenta, que cumple prisión domiciliaria en su residencia del barrio porteño de Recoleta por la causa Vialidad, denunció el sábado que “más de la mitad de los argentinos no llega a fin de mes” y acusó al Gobierno de retener fondos a las provincias.

Entre otras frases, escribió: “Fijate, porque ya no tenés qué ajustar. Te quedás con guita que es de las provincias. Tenés a media Argentina que no llega a fin de mes y se endeuda para comer, y arriba los números no te cierran. Ni en dólares”.

Además, apuntó directamente contra el presidente Milei: “Ya sabemos que sos cruel. Lo que no podés ser, hermano, es boludo y no darte cuenta que estás yendo a un callejón sin salida”, una frase que alude al discurso en el que el mandatario había reivindicado su “crueldad” frente a los “kukas” y a los empleados públicos.

Crítica. La ex Presidenta cargó contra Milei desde su departamento de Constitución, en el que cumple su condena de prisión.

Francos defendió el modelo económico y negó una crisis

En respuesta, Guillermo Francos destacó que los indicadores económicos muestran signos de recuperación, y subrayó que el equilibrio fiscal sigue siendo el eje central del programa libertario.

“Ha habido una mejora sustancial en la economía. Hay un crecimiento del consumo y del producto. Cuando uno compara mes a mes, se nota un crecimiento importante”, afirmó el jefe de ministros.

La disputa entre Francos y Cristina Kirchner se da en un contexto marcado por fuertes diferencias ideológicas entre el oficialismo libertario y el kirchnerismo, que reavivan una grieta política cargada de componentes económicos, judiciales y simbólicos.