Un giro en la política exterior argentina

Sin anuncio oficial, el Gobierno de Javier Milei resolvió retirar a la Argentina de su postulación para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, principal órgano intergubernamental destinado a promover y proteger los derechos humanos en el mundo.

La decisión representa una ruptura con la tradición diplomática argentina, ya que el país había sido un miembro activo y respetado, valorado por distintos sectores políticos, hasta la llegada del actual mandatario.

Alineamientos internacionales y cambios de postura

El alineamiento de Milei con Donald Trump y Benjamín Netanyahu, ambos críticos de la ONU y del propio Consejo, explica parte de este cambio de rumbo. Según pudo confirmar Clarín, la medida fue comunicada a las autoridades diplomáticas en Nueva York y Ginebra, aunque ni Cancillería ni Casa Rosada emitieron declaraciones oficiales.

De este modo, por primera vez en la historia, la Argentina declina su candidatura al órgano, creado en 2006 e integrado por 47 países de los 193 miembros de la ONU.

Consecuencias para la representación argentina

La vacante que ocupaba la Argentina será asumida por Ecuador, en las elecciones que se desarrollarán en octubre en la Asamblea General de Naciones Unidas. El presidente Milei viajará a Nueva York para participar del evento, donde también tiene previsto un encuentro bilateral con Netanyahu.

La Argentina había formado parte del Consejo en los períodos 2006–2007, 2009–2011, 2013–2015, 2019–2021 y 2022–2024, e incluso había ejercido la Presidencia en 2022 a través del embajador Federico Villegas.

X de Amnistía Internacional Argentina

La crítica de Amnistía Internacional

Amnistía Internacional cuestionó con dureza la decisión del Gobierno y remarcó que el Consejo “integrado por 47 Estados, es central para promover y proteger los DD.HH. en el mundo”.

En un comunicado, la organización se preguntó: “¿Qué significa la retirada de nuestro país del Consejo de Derechos Humanos? Si Argentina declina su candidatura no integrará el Consejo y, como tal, no puede votar ni presentar resoluciones por lo que no tiene poder de decisión. Pero sigue igualmente obligada por los mecanismos internacionales de derechos humanos de la ONU y puede intervenir como observador”.

Además, destacó que el organismo es un espacio clave para examinar violaciones de derechos humanos, establecer misiones de investigación y evaluar periódicamente la situación en todos los países.

Una señal de retroceso en materia de derechos humanos

Amnistía recordó que la participación argentina en el Consejo siempre fue parte de su compromiso internacional y multilateralismo. El país había impulsado resoluciones vinculadas a diversidad, justicia climática y misiones de verificación en países como Venezuela y Myanmar.

El comunicado concluyó: “La participación de Argentina en el Consejo es parte de su integración internacional y compromiso con el multilateralismo. Su retiro debilita esa tradición y envía una señal preocupante sobre su voluntad de sostener un compromiso con los derechos de las y los argentinos en el mundo”.