Vísperas de Pascua y el recambio de autoridades en el PRO trajo la rosca: tras negociaciones frenéticas en el partido amarillo, el exmandatario Mauricio Macri confirmó su asunción como presidente de la fuerza que él mismo comenzó a delinear en 2002, pero la balanza aparece equilibrada con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, titular saliente del espacio, quien consiguió abrochar puestos clave de la dirigencia de Propuesta Republicana tras amenazar con presentar una lista propia y dirimir la pulseada en una elección nacional. Mientras tanto, el exalcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta guarda distancia: "Si no me quieren, que me echen".

El ajedrez intrapartidario acabó en jaque mate a favor de Macri, quien se hará cargo formalmente de la jefatura del PRO en los próximos días, merced de la reglamentación que aplica a estos casos; pero al desajustar el zoom se llega a ver un escenario mucho más parecido a aquel de tablas, con su principal rival Bullrich al frente de la Asamblea Partidaria de la fuerza y con figuritas clave entre las autoridades que intentarán comandar al ya histórico cuadro amarillo a un resurgimiento en 2025 y una eventual presidencia en 2027.