Melella hizo alusión a que la Constitución provincial fue sancionada en 1991, mientras que durante ese lapso "el pueblo amplió sus sueños, sus demandas y sus expectativas" y ahora "aspira a un presente y a un futuro acorde a los nuevos tiempos".

"Hoy existe una transformación tecnológica increíble que nos abre un horizonte impensado por aquellos hombres y mujeres. Hoy es una realidad y así debe quedar asentado en nuestra Constitución", agregó.

A su vez, el gobernador reiteró que la nueva Carta Magna debe "terminar con los cargos vitalicios" además de "especificar que el mandato de los legisladores sea igual a del gobernador".

En relación a otros temas, dijo que la norma fundamental debe incorporar el concepto de provincia "bicontinental" (porque incluye a la Antártida) y el compromiso de los funcionarios fueguinos con la defensa del subregimen de promoción industrial.

También aclaró que la necesidad de reformar la Constitución fue planteada al comienzo de su gestión, y que quedó postergada a raíz de la pandemia.

"Lo planteé siempre. Lo que sucede es que algunos tienen miedo de perder sus privilegios", aseguró el mandatario fueguino.

Por su parte, algunos legisladores como Pablo Villegas, del Movimiento Popular Fueguino, mostraron su oposición a la iniciativa y en particular a la forma en que fue tratada en el recinto legislativo.

"Es lamentable en términos institucionales que se haya sancionado la ley que habilita el llamado a la reforma de la Constitución de Tierra del Fuego sin debate previo y sin la participación ciudadana", observó Villegas a través de su cuenta oficial de X.

El proyecto de reforma estipula que "el funcionamiento de la convención constituyente se solventará con los recursos de los tres poderes del Estado, debiendo los mismos colaborar en su concreción".

Entre otros artículos que serán sometidos a discusión figura el que establece a la ciudad de Ushuaia como capital de la provincia, y que con la reforma podría trasladarse a la ciudad de Río Grande o al municipio de Tolhuin.