Cada 7 de agosto, miles y miles de argentinos se movilizan al santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers al son de un unívoco pedido: Paz, Pan y Trabajo. Pero, ¿Cómo nació esta celebración que cada día convoca a más personas?

Primero que nada, vale decir que el día de San Cayetano conmemora en realidad el fallecimiento de Cayetano de Thiene el 7 de agosto de 1547, un presbístero italiano que dedicó su vida a las actividades de caridad y a la reforma espiritual de la iglesia, a la par de que es recordado por su lucha contra la pobreza.

San Cayetano fue canonizado recién casi dos siglos después, en 1671, por el Papa Clemente X, dado su compromiso con los más necesitados. Sin embargo, ¿Cómo llega la devoción por su figura a nuestro país?

LEE MÁS: Trabajadores del Hospital Garrahan celebran la media sanción de la Ley de Emergencia Pediátrica y redoblan la lucha por su implementación

Los orígenes de esta tradición se remontan a la Beata María Antonia de San José, conocida como "Mama Antula", allá por 1875 cuando decidió construir una pequeña capilla dedicada a  San Cayetano en el barrio de Liniers. Sin embargo, la devoción por el patrono del trabajo comenzaría cerca de 54 años después, a comienzos de la década de 1930, en medio del conocido “crack” del 29', la primera gran crisis del capitalismo a nivel mundial.

Cayetano de Thiene falleció el 7 de agosto de 1547.
Cayetano de Thiene falleció el 7 de agosto de 1547.

LEE MÁS: Fallece Kelley Mack, estrella de “The Walking Dead”, a los 33 años

En ese marco, cientos de fieles comenzaron a acudir en demasía al pequeño santuario, con un mismo pedido: Pan y Trabajo

A partir de allí la devoción por San Cayetano fue en crecimiento hasta nuestros días, en donde cada 7 de agosto miles de fieles se congregan a las puertas de su santuario en el barrio porteño de Liniers

En Argentina, la imagen de San Cayetano es representada con una espiga de trigo, símbolo que se incorporó en el país para representar el pan y la prosperidad.