“El criminal vive presentando escritos para tener prisión domiciliaria y salidas (transitorias). Nunca se quedó quieto. Logró reducción de la pena porque hizo unos cursos. Y como está mal computada la condena ya está en condiciones de pedirlo” declaró Marcela Martínez mamá de Eduardo en entrevista con Mundo Poder.

Caso Cicchino: el homicida del joven apuñalado en el corazón por gritar un gol pide la prisión domiciliaria

Aquel 19 de mayo, Eduardo salió de una clase de la Universidad Católica Argentina (UCA) y se encontró con dos amigos en el bar Indoor ubicado en Chile y Defensa, San Telmo. Boca se enfrentaba a Nacional de Uruguay por los cuartos de final de la Copa Libertadores.

En ese mismo bar estaba Olivera sentado solo en una mesa del fondo.

Llegó la definición por penales y con el triunfo de Boca los festejos. “¡Bosteros de mierda, los voy a matar a todos!” comenzó a gritar Olivera y continuó con las agresiones verbales. Los jóvenes pagaron la cuenta y se fueron, pero el hombre fue por más. Los siguió a la salida del bar y en un intento para que el agresor desistiera de su comportamiento Eduardo recibió una puñalada en el corazón.

Caso Cicchino: el homicida del joven apuñalado en el corazón por gritar un gol pide la prisión domiciliaria

En ese momento, nadie se percató de la gravedad de la herida, incluso Eduardo le dijo al agresor “mirá lo que me hiciste” señalando la remera rota. Luego se desplomó en la vereda.

Los amigos y los mozos del bar lograron retener al atacante hasta que llegó la Policía, mientras que Eduardo fue trasladado al hospital Argerich donde permaneció internado durante dos semanas. 

“Estaba horrorizada, desesperada por llegar, pero la imagen que yo tenía era que le habían clavado un puñal en una pierna o en un brazo. No me imaginaba que se lo habían clavado en el corazón. Llegué a la guardia del Argerich, él estaba en el quirófano. Ahí me enteré que había hecho 5 paros pero lograron sacarlo" recordó Marcela.

Con el correr de los días y de las visitas en terapia intensiva, toda la familia planeaba cómo sería el regreso de Eduardo a la casa ya que los médicos le habían dicho que su estado general quedaría delicado principalmente su corazón. 

“Hubo que hacer una nueva intervención porque se le estaba haciendo una pericarditis (inflamación del pericardio). De la operación salió bien pero inconsciente, nos dijeron que nos fuéramos a casa porque lo iban a tener dormido durante 24hs. Al otro día cuando se empieza despertar con el latir del corazón se revienta la costura, se desangra y en cuestión de minutos muere” describió la mamá de Eduardo acerca de aquella mañana del 2 de junio. 

El juicio:

Durante el debate los jueces Gustavo Bruzzone y Patricia Llerena descartaron que el caso pudiera ser encuadrado bajo la figura de un homicidio preterintencional: “Si consideramos que el ataque contra la humanidad de Cicchino fue deliberado, entonces el medio empleado (navaja táctica) y la zona del cuerpo a donde fue dirigida la agresión (tórax, a la altura del corazón) impiden considerar seriamente la imprevisibilidad del resultado, pues queda claro que quien así procede, no puede dejar de prever seriamente la posibilidad de que esa persona muera”, explicaron.

Un año después la Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó la sentencia del TOC 28 de 16 años de prisión para Gustavo Aníbal Olivera quien desde entonces se encuentra alojado en el penal de Ezeiza.