A pocas horas de que se cumplan seis meses del inicio de la toma de la fábrica por parte de los trabajadores, el conflicto en la histórica gráfica Anselmo Morvillo, situada en el partido de Avellaneda, discurre entre la incertidumbre de más de 200 familias que esperan retornar a sus puestos de trabajo y un pedido unívoco: la intervención del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires para garantizar la continuidad productiva de la unidad fabril.

Con más de medio siglo de historia encima, la gráfica que ha impreso títulos de la editorial Perfil, como las revistas Caras y Noticias, catálogos de AVON, Millanel, TSU, Gigot y supermercados Naldo, entre otros, se encuentra en conflicto desde el pasado 25 de febrero cuando, tras finalizar su jornada laboral, los trabajadores fueron notificados, vía whatsapp, que no continuarían en sus funciones.

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Desde ese momento, comenzó la lucha que involucra de manera directa a 234 empleados, y otros tantos más de manera indirecta. “Esta lucha es muy dura y difícil, pero seguiremos hasta el final, hasta donde la lucha de clases nos permita llegar”, sostiene Sebastián Rodríguez, secretario general de la comisión interna de la gráfica Morvillo.

Más de 234 trabajadores permanecen en lucha por la reactivación de la unidad productiva.
Más de 234 trabajadores permanecen en lucha por la reactivación de la unidad productiva.

180 días pasaron de aquella desoladora notificación recibida por los más de 200 empleados de la gráfica Morvillo. En el camino, conciliaciones obligatorias, audiencias fallidas, falta de respuesta por parte de la empresa, y la incertidumbre sobre la continuidad laboral. Al momento del inicio de la toma, mucho de los trabajadores sumaban una antigüedad de casi 30 años, toda una vida en la gráfica.

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Cada día que pasa, los trabajadores se turnan para garantizar la ocupación de la fábrica, a la espera de una respuesta o una intervención por parte de las autoridades provinciales con las que, el delegado de la comisión interna, asegura estar “decepcionado”.

No nos dieron una respuesta de manera oficial, pero por abajo te dicen lo mismo que Milei: no hay plata”, manifestó Rodríguez al referirse a la respuesta por parte del gobierno de Axel Kicillof a los pedidos de expropiación de la fábrica para garantizar su continuidad productiva.

“El Gobierno de Kicillof ya dejó claro que no le interesa preservar los puestos de trabajo ni rescatar a las empresas que cerraron”, sostuvo Rodríguez que hizo visible su molestia con el mandatario provincial.

Meses antes de que empezara la toma en la fábrica, el gobernador se había ofrecido a comprar Aerolíneas Argentinas, en caso de que el Gobierno de Milei la privatizara. Hoy, no quiere poner dos mangos por Morvillo, que no sale ni el valor del ala de un avión de Aerolíneas”, expresó.

Por lo pronto, el escenario es incierto. Mientras que desde la comisión interna se trabaja en un proyecto a presentar en la Legislatura para avanzar en la expropiación de la unidad productiva y darla una utilidad social a la empresa, la vía judicial avanza a la par, al punto de que ya se fijó una fecha de remate del inmueble para el próximo 15 de septiembre.

Queremos presentar un proyecto de expropiación que garantice los saldos indemnizatorios en los procesos que correspondan”, afirmó Rodríguez que insistió en la posibilidad de darle una utilidad social a la empresa, para garantizar la continuidad de las más de 230 familias que dependen de la gráfica. “Nosotros estamos en condiciones de fabricar manuales escolares, boletas electorales, folletería, lo hemos hecho antes y tenemos la capacidad de hacerlo ahora”, planteó.

La lucha de los trabajadores de Morvillo los enfrenta también al sindicato que se supone, debería defenderlos: la Federación Gráfica Bonaerense. Según lo expresado por el delegado de la comisión interna, desde el inicio del conflicto, no fueron acompañados por ninguna autoridad gremial e incluso fueron "perjudicados" por los representantes sindicales.

“El Ministerio de Desarrollo nos envió 3 mil kilos de alimentos para los trabajadores que se encontraban en la fábrica, y se los alcanzaron a la Federación Gráfica Bonaerense. De ese total, nos llegaron solamente 1800 kilos, por lo que hay 1200 kilos que se 'perdieron', no sabemos lo que pasó”, indicó.

Por lo pronto, luego de medio año el conflicto en la gráfica Anselmo Morvillo sigue sin un horizonte claro. Mientras tanto, las 24 horas, los 7 días de la semana, los trabajadores montan guardia ahí, en las instalaciones, en búsqueda de respuestas que, por ahora, brillan por su ausencia.