Un peritaje balístico realizado por la Policía de la Ciudad, en el marco de la investigación por el ataque al fotógrafo Pablo Grillo el 12 de marzo, concluyó que el gendarme Héctor Jesús Guerrero no cumplió con los protocolos establecidos para el uso de pistolas lanzagases.

El informe descartó que el disparo se haya realizado en los ángulos permitidos (45° hacia arriba o entre 30° y 45° hacia abajo), confirmando que el cartucho fue disparado de manera horizontal, en dirección a los manifestantes, lo que constituye una violación flagrante de las normas de seguridad.

Esta acción transformó el arma de dispersión en un instrumento letal, impactando directamente en la cabeza de Grillo, quien permanece en estado delicado tras múltiples cirugías.

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), querellante en la causa, recordó que la dirección del disparo fue un punto de fuerte controversia desde el inicio del caso.

El informe aclaró que, si Guerrero hubiera seguido el protocolo, el proyectil no habría alcanzado a Grillo, quien ese día registraba con su cámara la represión ordenada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

La prueba contradice la versión de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien afirmó que Guerrero actuó conforme a los manuales.

El gendarme está citado a indagatoria el 17 de septiembre ante la jueza María Servini, en una causa que también busca determinar responsabilidades en la cadena de mando.

Cabe recordar el fotógrafo Pablo Grillo había sido baleado por Gendarmería Nacional durante una marcha a jubilados, donde recibió el impacto en la cabeza. Hasta el momento, si bien tuvo algunos signos de mejoría desde el incidente, su salud sigue siendo delicada.