El Papa Francisco pasó su segunda noche internado en el hospital Gemelli de Roma, donde permanece bajo tratamiento por una bronquitis. Aunque se encuentra estable, aclaró que aún no es momento de considerar el alta médica.

"Todavía necesito tratamiento para mi bronquitis. Agradezco por el afecto, la oración y la cercanía con los que me están acompañando estos días, así como quiero agradecer a los médicos y al personal sanitario de este hospital por su cuidado: realizan un trabajo valioso y muy agotador", expresó el Pontífice en un mensaje que fue leído durante el tradicional Ángelus dominical.

El Vaticano difundió este mensaje después de la misa del Jubileo de la Cultura, que fue presidida por el cardenal José Tolentino de Mendonça, quien leyó la homilía preparada por Francisco, ya que el Papa no pudo asistir debido a su internación, que comenzó el pasado viernes.

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Según el comunicado oficial más reciente de la Santa Sede, el Papa, de 88 años, presenta un cuadro clínico estable y no tiene fiebre. Los médicos continúan monitoreando su evolución mientras recibe atención especializada para tratar la infección respiratoria que motivó su hospitalización.

Los exámenes realizados en las últimas horas indicaron la persistencia de la infección, lo que llevó a los médicos a ajustar el tratamiento con base en nuevos hallazgos microbiológicos. A pesar de esto, el informe señala que algunos parámetros de salud han mostrado mejoría.

El Vaticano destacó que, debido a su estado de salud, se ha recomendado reposo absoluto. No obstante, el Papa quiso mantener su cercanía con los fieles a través del mensaje leído en el Ángelus.