Según una declaración del ministro de Seguridad de Buenos Aires, Javier Alonso, las jóvenes asesinadas en Florencio Varela fueron atraídas a una trampa por una organización transnacional de narcotráfico probablemente como parte de un complot de venganza.

Las jóvenes Morena Verri (20), Brenda Loreley Del Castillo (20) y Lara Morena Gutiérrez (15) fueron vistas por última vez el viernes pasado abordando voluntariamente un Chevrolet Tracker blanco en la rotonda de La Tablada en La Matanza, con el pretexto de asistir a un evento.

La investigación reveló que el vehículo tenía una placa adulterada, lo que indica premeditación.

La policía rastreó los movimientos de las víctimas utilizando imágenes de cámaras de seguridad y señales de teléfonos celulares, lo que condujo a una casa en Villa Vatteone de Florencio Varela, en la intersección de Río Jáchal y Chañar.

Allí, los cuerpos fueron encontrados enterrados en un jardín, con evidencia que sugiere intentos de limpiar la escena del crimen con lejía.

Los resultados preliminares de la autopsia indican que los asesinatos ocurrieron entre la medianoche y la madrugada del sábado 20 de septiembre, con una víctima sufriendo una lesión grave en la cabeza, otra una herida abdominal y la tercera golpes, puñaladas e intento de quemar el cuerpo.

“Sabemos que las chicas recorrían la zona de Flores y en ese contexto habrían dado con los integrantes de esta organización. Al parecer hubo un conflicto y estos asesinatos estarían ligados a una venganza” detalló.

Cuatro sospechosos, dos hombres y dos mujeres, están detenidos y acusados de homicidio agravado. Dos fueron sorprendidos limpiando la escena del crimen, uno de los cuales confesó: "Me mandé una". Otro sospechoso, presuntamente vinculado a una operación antidrogas liderada por peruanos con sede en la Villa 1-11-14 en Buenos Aires, sigue prófugo.

“Hay cuatro detenidos, todos ligados a este líder, pero estamos avanzando en la escala de la banda”, agregó, en referencia a los pasos judiciales que aún restan.

La investigación apunta a una venganza relacionada con el narcotráfico, posiblemente vinculada a las interacciones de las víctimas en el vecindario de Flores, aunque los detalles permanecen bajo secreto judicial.

Los familiares, incluido el abuelo de Morena y Brenda, expresaron su profundo dolor, con protestas en La Tablada exigiendo justicia. El caso ha provocado indignación pública, con organizaciones como Ni Una Menos llamando a la acción contra el feminicidio y la violencia sistémica, destacando las vulnerabilidades económicas que pueden haber llevado a las víctimas a situaciones peligrosas, como ofertas de $300 por asistir al supuesto evento.