Los restos óseos hallados en una casa del barrio porteño de Coghlan, donde Gustavo Cerati vivió entre 2001 y 2003, fueron identificados como pertenecientes a Diego Fernández Lima, un adolescente de 16 años desaparecido el 26 de julio de 1984.

El hallazgo ocurrió el 20 de mayo de 2025 durante excavaciones para una obra en la avenida Congreso 3742, cuando se desmoronó una medianera lindera, dejando a la vista 150 fragmentos óseos.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó la identidad mediante una prueba de ADN comparada con una muestra de la madre de Diego.

Los restos, encontrados junto a objetos como un reloj Casio de 1982, una moneda de 5 yenes, un corbatín escolar y una suela de zapato, revelaron que Diego fue asesinado: presentaba una puñalada mortal en la cuarta costilla derecha y marcas que sugieren un intento de descuartizamiento.

El cuerpo fue enterrado en una fosa pequeña situada en la medianera que divide ambos domicilios y el pozo medía 40 centímetros de profundidad, 60 de ancho y 1,20 metros de largo.

Diego, jugador de las inferiores del Club Atlético Excursionistas y estudiante de la ENET Nº36, fue visto por última vez en Belgrano, cerca de su casa.

Su desaparición fue denunciada en 1984, pero la policía la caratuló como “fuga de hogar”, sin investigarla adecuadamente.

Un sobrino de Diego relacionó el hallazgo con la historia familiar, lo que llevó a la identificación.

Aunque el crimen está prescripto, el fiscal Martín López Perrando continúa investigando para determinar si hay vínculo con los habitantes de la casa en 1984, una familia de apellido Graf.