En Resistencia, Chaco, Marcos Antonio Gauna, de 27 años, confesó haber asesinado a su padre, Rogelio Gauna, de 65 años, tras una discusión por dinero para comprar drogas.

El joven ahorcó a su padre y escondió el cuerpo en un freezer en su vivienda del barrio Vélez Sarsfield durante una semana.

El crimen fue descubierto tras la denuncia por desaparición presentada por otro hijo de la víctima, que no había tenido contacto con su padre.

La policía encontró el cuerpo en la heladera de la casa ubicada en la calle García Merou al 2.900.

Inicialmente, Marcos dio versiones contradictorias, pero luego admitió el homicidio.

En el operativo trabajó personal del Gabinete Científico, bomberos, el Departamento de Cibercrimen —que analizó las cámaras de seguridad de la zona— y el móvil tanatológico, que trasladó el cuerpo al Instituto Médico Forense para la autopsia.

Se determinó que la muerte del hombre ocurrió entre cinco y seis días antes de que su cadáver fuera hallado por los efectivos y no se detectaron marcas de sogas, cinturones u otros objetos, por lo que se estipula que el joven lo ahorcó con sus manos.

La fiscal Candela Valdez ordenó su detención por homicidio agravado por el vínculo, un presunto caso de parricidio que podría derivar en prisión perpetua. Será indagado en las próximas horas.

El hecho reavivó el debate sobre la violencia intrafamiliar y las adicciones, dos problemas que atraviesan a muchas familias en silencio y que en este caso terminaron de la peor manera.