En un aberrante caso de maltrato infantil que conmociona a la comunidad santiagueña, una catequista de 33 años fue detenida por las autoridades policiales tras ser denunciada por su propio hermano por los violentos castigos que le propinaba a su hijo, entre los cuales además de golpearlo con un palo de escoba, solía obligar al menor a comer su propio excremento.

La catequista acostumbraba a golpear a su propio hijo con un cinto, con un palo de escoba, mientras lo escupía y lo obligaba a arrodillarse sobre maíz, al tiempo que incluso lo amenazaba con cortarle la lengua si el niño revelaba alguna de las vejaciones perpetradas por su propia madre.

Debido a la situación, traumática para el menor, producto de la misma perdía el control de su esfínter, y en el marco de la misma, la madre lo obligaba a comer su propio excremento en una conducta que, de acuerdo a lo que el menor reveló posteriormente, era habitual.

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En este marco, fue la intervención del tío del menor, y hermano de la catequista, lo que permitió comenzar a poner fin al maltrato aberrante que del que el niño era víctima. Un día, ante la ausencia de su madre, el menor pidió entre lágrimas ayuda a su tío y le relató todas las vejaciones a las que era sometido por parte de su propia madre.

Luego de ser detenida, la catequista fue acusada por el delito de “lesiones leves calificadas por el vínculo y amenazas”, y se espera que la fiscal Mariela Judith Díaz, integrante de la Unidad Fiscal de Género y Violencia Intrafamiliar para la Circunscripción Capital defina la situación procesal de la mujer que permanecerá detenida 15 días más.