Restos óseos en Coghlan: Graf se defiende en la causa por encubrimiento
Declaró por más de 3 horas, negó cualquier vínculo con el crimen y pidió el archivo del caso. El fiscal insiste en que Graf entorpeció la investigación tras el hallazgo en mayo. Los restos, encontrados en el jardín de la ex casa de Gustavo Cerati, confirmaron que Diego murió apuñalado hace 41 años.
Cristian Graf, de 58 años y propietario de la casa en el barrio porteño de Coghlan donde fueron hallados los restos óseos de Diego Fernández Lima, un adolescente desaparecido en 1984 declaró este viernes 17 de octubre ante el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N°56.
La indagatoria, que duró más de tres horas, se enmarcó en la investigación por los delitos de encubrimiento agravado y ocultamiento de pruebas (también referido como supresión de evidencia), según lo solicitado por el fiscal Martín López Perrando de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61.
Cabe recordar que el 20 de mayo pasado, durante obras para la construcción de una medianera en el jardín de la propiedad de Graf (ubicada en la calle La Pampa, ex casa de la familia del músico Gustavo Cerati), obreros descubrieron restos humanos enterrados en una fosa de unos 60 cm de profundidad, junto a la medianera con un terreno vecino.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó que se trataba de Diego "el Gaita" Fernández Lima, de 16 años, quien desapareció el 26 de julio de 1984 tras una pelea en un boliche. La autopsia determinó que murió apuñalado en un hecho sorpresivo, y el cuerpo fue inhumado intencionalmente en un solo evento poco después del crimen.
Graf y Fernández fueron compañeros en el segundo año del ENET N°36 en 1983, pero Graf negó cualquier relación cercana posterior. La propiedad donde se hallaron los restos perteneció a su familia desde antes de la desaparición.
Han pasado 41 años desde el homicidio, por lo que la causa por asesinato prescribe (máximo 15 años según la ley argentina). El fiscal optó por imputar a Graf solo por acciones posteriores al hallazgo de mayo pasado, como presuntas maniobras para entorpecer la investigación (ej.: explicaciones evasivas a obreros y autoridades, y un "absoluto silencio" inicial).
Las penas por estos delitos van de 1 a 6 años por encubrimiento agravado, y de 1 mes a 4 años por supresión de evidencia.
Detalles de la declaración de Graf
Graf llegó al tribunal de Lavalle y Azopardo acompañado por su esposa, evitando a la prensa.
Respondió preguntas del fiscal López Perrando y del juez Sebastián Litvack, manteniendo la línea de defensa expuesta en escritos previos y en una entrevista en TN.
Afirmó que ni él ni su familia sabían de la presencia del cuerpo en el jardín. Insistió en que su relación con Diego se limitó al año escolar de 1983 y que "no tiene nada que ver" con la muerte ni el ocultamiento.
Además, señaló que los restos aparecieron "debajo de la ligustrina" durante las excavaciones para la medianera, y que en 1984 los terrenos estaban separados solo por un alambrado (no por una pared sólida). Presentó planos para respaldar esto.
En versiones previas, había sugerido que los huesos podrían haber llegado en un camión de tierra usado para nivelar el jardín al construir una pileta años después, pero el fiscal considera esto "inverosímil".
Su abogada, Erika Nyczypor, describió la declaración como "extensa y precisa", y al cierre solicitó el sobreseimiento y archivo de la causa por falta de pruebas y ausencia de dolo (intención delictiva). Argumentaron que no hay elementos objetivos que vinculen a Graf con el encubrimiento, y acusaron al fiscal de "persecución" al pedir su incompetencia.
Antecedentes y próximos pasos
En agosto y septiembre de este año, el fiscal ya había pedido la indagatoria, pero la defensa presentó recursos para archivar la causa por "inexistencia de delito".
La familia de Fernández solicitó una medida cautelar para impedir modificaciones en la casa de Graf y preservar pruebas.
El juez Litvack deberá resolver si procesa a Graf o archiva la causa. Mientras, la investigación busca esclarecer el homicidio original, aunque la prescripción complica avances en esa línea.
Este caso resucitó un misterio de 41 años y generó revuelo mediático por su conexión con la ex casa de Cerati y el barrio de Coghlan.