En un caso que conmocionó a la provincia de San Juan, Luciana Bustos Sánchez, una científica del Conicet de 34 años, fue condenada a prisión perpetua por el asesinato de su amigo Marcelo José Amarfil, de 48 años. a quien asesinó en un contexto que la Justicia describió como un “juego sexual”, hecho que desató un debate sobre la relación entre los involucrados y las circunstancias que llevaron a un desenlace tan violento. 

El hecho ocurrió en una calle desolada cerca del Aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento, en San Juan. Según la investigación, Bustos Sánchez y Amarfil, quienes mantenían una relación cercana que incluía encuentros frecuentes y negocios inmobiliarios, salieron a cenar a un bar. Luego, estacionaron un Ford Focus en una zona poco transitada. Allí, según la Fiscalía, la científica ató las manos de Amarfil al volante, le colocó un antifaz y, aprovechando su estado de indefensión, lo degolló y apuñaló seis veces. 

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La víctima, un profesor de Educación Física, fue encontrada desnuda, con heridas de arma blanca y rodeada de un charco de sangre. Bustos Sánchez, al ser hallada por la policía, afirmó que su amigo “se mató con un cuchillo” tras un supuesto “brote psicótico”. El juicio, iniciado el 8 de abril de 2025, estuvo marcado por interrupciones, incluyendo la suspensión por un ataque cardíaco sufrido por el juez Guillermo Adárvez. Reanudado a fines de abril, los magistrados Adárvez, Gerardo Fernández Caussi y Matías Parrón resolvieron por unanimidad condenar a Bustos Sánchez por homicidio agravado por el vínculo, aunque descartaron el agravante de alevosía solicitado por la fiscalía y la querella.

Luciana Bustos Sánchez, junto a Marcelo José Amarfil, la víctima.
Luciana Bustos Sánchez, junto a Marcelo José Amarfil, la víctima.

La relación cercana entre la acusada y la víctima, descrita por la hermana de Amarfil, Graciela, como casi familiar, fue clave para la acusación. Graciela reveló que Bustos, conocida como “La Luchi”, era una presencia constante en la familia, participando en eventos y siendo llamada “vida” por Marcelo, aunque no eran pareja formal.

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La defensa de Bustos Sánchez, encabezada por los abogados Néstor Olivera y Fabiana Salinas, argumentó que actuó en legítima defensa ante un supuesto intento de abuso sexual por parte de Amarfil. La científica afirmó en el juicio: “Era mi vida o la de él”, alegando que fue atada primero y que los elementos del juego sexual, como el antifaz y las esposas, fueron iniciativa de la víctima. Sin embargo, la fiscalía, liderada por Francisco Pizarro, sostuvo que Bustos planeó el crimen, usando el juego sexual como pretexto para ejecutar a Amarfil, señalando que ella misma había afilado el cuchillo el día anterior.

Antes del veredicto, Bustos expresó dolor por los familiares de Amarfil y mantuvo su inocencia: “Siento un profundo dolor por los familiares de Marcelo. Quiero abrazar a Graciela”. Sin embargo, las pruebas, que incluyeron el estado de indefensión de la víctima y la naturaleza de las heridas, inclinaron la balanza en su contra. La condena a perpetua implica que Bustos no podrá acceder a beneficios excarcelatorios antes de 35 años.