El municipio de Pinamar, gobernado por el intendente Juan Ibarguren (PRO), solicitó un préstamo de $1000 millones al Banco Provincia para cubrir los sueldos municipales de julio, en medio de una crisis financiera sin precedentes desde su autonomía en 1978.

La medida, formalizada el 28 de julio como un "adelanto transitorio en cuenta corriente" a devolver en 15 días con recaudación de tasas municipales, responde a una fuerte caída en la coparticipación ($226 millones menos por mes, de $415 a $189 millones) y una baja en la recaudación local debido a la recesión económica.

La situación generó tensiones con los trabajadores municipales, quienes ya venían cobrando en cuotas y enfrentaron demoras en el aguinaldo.

El Sindicato de Trabajadores Municipales de Pinamar (STMP) inició medidas de fuerza, como un quite de colaboración desde el 30 de julio, y presentó denuncias ante el Ministerio de Trabajo por incumplimientos salariales, incluyendo un aumento del 6% no abonado.

Los gremios advierten que la crisis podría agravarse si no se regularizan los pagos, y no descartan acciones judiciales

Ibarguren implementó ajustes como recortes de horas extras, contratos y gastos operativos, pero la dependencia del turismo y la recesión nacional complican la recuperación financiera del municipio.

En efecto, hay varios distritos de la provincia de Buenos Aires que se declararon en emergencia económica meses atrás, por la delicada situación de sus finanzas. Uno de ellos es Villa Gesell, donde el intendente Gustavo Barrera debió adoptar medidas de austeridad para garantizar el pago de los sueldos.

Barrera ya logró efectivizar ayer el pago total de los salarios municipales, pero en el distrito vecino continúan los problemas.