El policía Facundo Aguilar Fajardo fue imputado por “Homicidio con dolo eventual” tras disparar 11 veces durante un intento de robo en Ciudad Evita, La Matanza, el pasado 4 de junio.

Una de las balas impactó en la cabeza de Thiago Correa, un niño de 7 años que esperaba el colectivo con su padre a unos 198,5 metros, causándole la muerte tras dos días de agonía.

La fiscalía, a cargo de Diego Rulli, optó por esta calificación debido a la cantidad de disparos, el lugar público y el horario transitado, sosteniendo que el agente pudo prever las consecuencias de su accionar.

Además, se lo imputó por exceso en la legítima defensa en el homicidio de uno de los asaltantes.

La investigación continúa, con posibles cambios en la carátula tras la autopsia y pericias balísticas.

“Lo hice porque pensé que a mi mamá la mataban ahí mismo y no la iba a ver nunca más”, sostuvo Aguilar Fajardo durante su declaración. Según explicó, uno de los asaltantes lo amenazó apuntándole a la cara, mientras otro agredía a su madre.

“Me apuntó a la cara y me dijo: ‘Dame todo o te mato’. A mi mamá la tironeaban del pelo y la apuntaban también. Yo no me resistí, les di mi mochila y el celular. Pero cuando vi que a mi vieja la seguían maltratando, pensé que la iban a matar”, declaró Aguilar Fajardo ante el fiscal.

El oficial afirmó que se identificó como policía y efectuó varios disparos estáticos, sin persecución. Declaró que cesó el fuego al perder de vista a los agresores. La zona estaba desierta y sin iluminación, según detalló.

Antes de confirmarse el fallecimiento de Thiago, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó la acción policial como legítima defensa y responsabilizó a los presuntos delincuentes: “Thiago murió. Es una noticia triste y dolorosa. Los delincuentes son los únicos responsables de esta tragedia. Si no hubieran salido a robar, hoy no habría ninguna familia destruida. Tienen que pagar con prisión perpetua”, publicó la ministra de Seguridad en su cuenta oficial de X (exTwitter).