La afirmación sobre una supuesta nave alienígena potencialmente hostil que llegaría a la Tierra en noviembre de este año proviene de un estudio reciente liderado por el astrofísico Avi Loeb de la Universidad de Harvard, junto con Adam Hibberd y Adam Crowl, publicado el 16 de julio en arXiv.

El objeto en cuestión, denominado 3I/ATLAS, es una anomalía interestelar descubierta el 1° de julio, que viaja hacia el Sol a más de 209,900 km/h.

Según los investigadores, su trayectoria inusual, velocidad elevada y pasos cercanos a Júpiter, Marte y Venus lo convierten en un candidato potencial para ser una sonda extraterrestre de espionaje. Loeb sugiere que 3I/ATLAS podría aprovechar su perihelio (punto más cercano al Sol, previsto para el 29 de octubre de 2025) para ocultarse de telescopios terrestres y posiblemente liberar dispositivos hacia la Tierra.

Sin embargo, la hipótesis ha generado controversia. Muchos astrónomos, como Samantha Lawler de la Universidad de Regina, sostienen que 3I/ATLAS es probablemente un cometa interestelar expulsado de otro sistema solar, similar a otros objetos naturales.

Incluso Loeb reconoce que lo más probable es que sea un objeto natural, y el propio estudio describe la idea como una “hipótesis notable pero comprobable” que aún no ha sido revisada por pares.

Críticos como Chris Lintott de la Universidad de Oxford han calificado el estudio de “disparate” e “insulto” al trabajo astronómico serio, argumentando que no hay evidencia sólida para respaldar la teoría de una nave alienígena.

Por otro lado, la trayectoria de 3I/ATLAS lo llevará a pasar a unos 240 millones de kilómetros de la Tierra (2.5 unidades astronómicas) alrededor de finales de noviembre o principios de diciembre de 2025, lo que lo sitúa a una distancia considerable, reduciendo cualquier riesgo inmediato.

La NASA y otros observatorios están monitoreando el objeto, pero los datos actuales sugieren que es más probable un cometa que una nave extraterrestre.