El presidente electo realizó un viaje personal a Estados Unidos, junto a su hermana, Nicolás Posse, su jefe de Gabinete, y Luis "Toto" Caputo, posible ministro de Economía. Además de buscar establecer un vínculo con el gobierno de Joe Biden, el libertario visitó en Nueva York el Ohel, la tumba de Menachem Mendel Schneerson, conocido como el "rebe de Lubavitch", como parte de su relación con el judaísmo.

El dirigente de La Libertad Avanza había adelantado en entrevistas que su primer viaje sería a Estados Unidos, aunque solamente por una cuestión espiritual, para reunirse con amigos rabinos y asistir a sitios sagrados.

"Tiene una connotación más espiritual que de otras características", había explicado sobre su visita a la tumba de Menachem Mendel Schneerson. Su intención es "agradecerle" al rabino por la "misión" que le toca al llevar los destinos de Argentina como presidente. El libertario ya había visitado con anterioridad la tumba del rabino. En ese entonces, le pidió su bendición antes de las elecciones, la cual se "materializó" y tiene "la intención de cumplir".

"La verdad es que no llegué a conocer al Rebe personalmente, pero apenas en el último año tuve el privilegio de visitar la tumba del Rebe dos veces. Allí pedí su santa bendición para poder ser elegido presidente de la Argentina y esta bendición se hizo realidad esta semana", contó en el semanario ortodoxo Kfar Jabad.

¿Quién era "el rebe de Lubavitch" cuya tumba visitó Javier Milei?

¿Quién fue Menachem Mendel Schneerson, conocido como el "rebe de Lubavitch"?

El rabino Menachem Mendel Schneerson nació en abril de 1902 en Nikolaev, una ciudad portuaria sobre el mar Negro en lo que fue el Imperio Ruso, hoy parte de Ucrania. Fue bisnieto del tercer rabino de Jabad y su padre fue el rabino Levi Yitzchak Schneerson, renombrado erudito del Talmud.

Cuando tenía cinco años, su familia se mudó en 1907 a Yekatrinoslav (hoy Dnipró, la cuarta ciudad más poblada del país) donde su padre fue nombrado rabino jefe de la ciudad, cargo que ocupó hasta 1939.

En 1928, Schneerson partió a Letonia y al año siguiente se casó con la sexta hija del rabino de Jabad en Varsonia, al año siguiente. Cinco años más tarde, se trasladó a París para estudiar ingeniería eléctrica y en 1941 se radicó en Estados Unidos, donde trabajó primero como peón en el astillero naval de Brooklyn.

En 1950, luego de la muerte de su suegro, quedó al frente de Lubavitch, una organización judía jasídica con sede central en el barrio de Crown Heights. Tras el Holocausto, el grupo estaba casi al borde de la extinción, pero logró convertirlo en uno de los movimientos más influyentes en la religión judía que generó más de 5 mil centros educativos y sociales.

¿Quién era "el rebe de Lubavitch" cuya tumba visitó Javier Milei?

Una de las características del Rebe eran sus audiencias públicas, en las que recibía a miles de personas para darles sus bendiciones. Allí, solía darle un billete de un dólar a quienes iban a buscar su palabra, con el objetivo de que el destinatario lo diera a la caridad. Sin embargo, lo más usual era donar otro, y quedarse con el que había sido entregado por el religioso a modo de amuleto.

Durante su vida, muchos de sus seguidores creían que él era el Mesías. Esto causó controversia y provocó feroces críticas de muchos sectores del mundo ortodoxo, lo que le valió especialmente la enemistad del rabino Elazar Shach. Sin embargo, era profundamente venerado, incluso por gente fuera de la comunidad judía.

Entre las instituciones de la Lubavitch se encuentran jardines, escuelas, centros de rehabilitación en adicciones, hogares de cuidado y sinagogas. Las enseñanzas del rabino fueron publicadas en más de 400 volúmenes. Hoy, la entidad tiene un rol muy fuerte en términos geopolíticos y cuenta entre sus con Tzvi Grunblatt, un rabino con gran peso internacional.

Schneerson murió en 1994, tras padecer dos años de hemiplejia que le paralizó el costado derecho y afectó completamente a su habla. Sus restos descansan en el cementerio de Montefiore, debajo de la estructura denominada Ohel, que proviene del hebreo y se traduce como "carpa".

En el Ohel, los visitantes tienen la tradición de escribir kvitlach (oraciones en pequeños trozos de papel) que luego se rompen y se arrojan a las tumbas. Además, en el centro de visitantes, una computadora recibe cientos correos electrónicos diarios que se imprimen, se trituran y se colocan encima de las tumbas.