Ingredientes:

  • 1 atado grande de acelga

  • 1 cebolla grande

  • 5 cucharadas de queso duro rallado

  • 1/2 a 1 taza de harina leudante

  • 1 a 2 huevos

  • Cantidad necesaria de leche

  • Aceite de girasol para freír

  • Sal y pimienta negra a gusto

  • Nuez moscada a gusto

  • 1 diente de ajo

  • Limón para servir

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Paso a paso:

  1. Blanquear la acelga: Hervir agua con sal y sumergir las hojas de acelga por unos segundos hasta que estén tiernas pero sigan verdes. Luego, escurrir bien y picar finamente.

  2. Sofrito aromático: Picar la cebolla y el ajo. Dorarlos en una sartén con un poco de aceite hasta que estén tiernos y fragantes.

  3. Preparar la mezcla: En un bowl, mezclar la harina, los huevos y un poco de leche hasta obtener una mezcla densa y cremosa, similar a la de un panqueque. Agregar sal, pimienta y nuez moscada.

  4. Incorporar los ingredientes: Añadir la acelga picada, la cebolla dorada y el queso rallado a la preparación. Mezclar bien hasta que todo quede integrado.

  5. Freír: Calentar abundante aceite en una sartén. Con una cuchara, tomar porciones de la mezcla y freír hasta que los buñuelos estén dorados y crocantes. Retirar y escurrir sobre papel absorbente.

  6. Servir: Acompañar con gajos de limón para realzar los sabores.

Tips para buñuelos perfectos:

  • Escurrí bien la acelga antes de incorporarla a la mezcla para evitar que queden muy líquidos.

  • Ajustá la cantidad de harina y leche según la textura de la preparación. Debe ser espesa pero fluida.

  • Freí en aceite bien caliente para evitar que absorban demasiada grasa y queden aceitosos.

  • Si querés una versión más saludable, podés cocinarlos al horno en una placa aceitada a temperatura alta.

Estos buñuelos de acelga son una opción ideal para una comida rápida, un acompañamiento diferente o incluso como snack. Animate a prepararlos y disfrutá de su sabor casero y reconfortante.