Liderazgo Argentino: El boom del maní en el comercio global
Con un récord de ventas por USD 1.190 millones, el país desplazó a India y China. Sólo en el primer semestre del año, las ventas al exterior crecieron casi 30% respecto del mismo período de 2024.
Argentina se consolidó como el mayor exportador mundial de maní en volumen durante la última campaña, con ventas por US$ 1.190 millones, el mayor registro entre 2002 y 2024. El crecimiento fue del 12% respecto al año anterior, según datos de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI), superando a países como India, China, EE. UU. y Brasil. Con esto, el complejo manicero desplazó a sectores como el vitivinícola, siderúrgico y frutícola en valor exportado.
En el primer semestre de 2025, se exportaron 322.000 toneladas por USD 487 millones, un crecimiento del 29% en volumen y 14% en valor comparado con el mismo período de 2024. Además, Argentina ocupa el quinto lugar en exportación de aceite y preparaciones de maní.
A nivel producción, Argentina es el octavo productor mundial de maní con cáscara, con 1,48 millones de toneladas en 434.000 hectáreas, gestionadas por unos 900 productores.
En la campaña 2024/2025, se implantaron 530.000 hectáreas (+23,3% interanual), alcanzando 1,8 millones de toneladas (+20%), con un rendimiento promedio de 34 quintales por hectárea.
La producción se concentra principalmente en Córdoba (70-75% del área sembrada y 90% de la industrialización), seguida por Buenos Aires (14%), La Pampa (4%) y San Luis (3%).
Los principales destinos de exportación son la Unión Europea (60% del total, especialmente Países Bajos, Reino Unido y Polonia), China y Estados Unidos para aceite de maní, y países como Israel, Australia, Chile, Nigeria y Nueva Zelanda para preparaciones.
La calidad premium del maní argentino, su trazabilidad y la eliminación de retenciones desde 2023 han fortalecido su posición.
La cadena genera unos 12.000 empleos directos e indirectos, y casi el 95% de la producción se destina a la exportación. Sin embargo, en 2025 los precios cayeron un 20-30% (de USD 1.670 a USD 1.370 por tonelada), lo que podría afectar la rentabilidad pese al alto volumen.