Tras el escándalo, renunció el ejecutivo pescado in fraganti en un recital de Coldplay
Una inesperada escena captada en un show de la banda británica derivó en una crisis de reputación para la firma de software estadounidense Astronomer, y terminó con la salida inmediata de su CEO.
El CEO de Astronomer dimitió tras protagonizar un escándalo en un recital de Coldplay
El director ejecutivo de Astronomer, Andy Byron, dejó su cargo luego de que un video grabado durante un concierto de Coldplay en Boston lo mostrara en una situación comprometedora con Kristin Cabot, la directora de Recursos Humanos de la misma empresa.
El clip, que se viralizó rápidamente en redes sociales, provocó una fuerte reacción dentro de la firma tecnológica con sede en Nueva York, que confirmó la salida de Byron mediante un comunicado oficial.
“Se espera que nuestros líderes fijen estándares de conducta y responsabilidad, y recientemente, esos estándares no se han cumplido”, expresó Astronomer a través de su perfil en LinkedIn, al confirmar que también se había iniciado una investigación interna.
Una imagen, millones de vistas y consecuencias globales
Todo comenzó durante la presentación en vivo de Coldplay cuando la famosa "Kiss Cam" enfocó a Byron y Cabot. La reacción nerviosa de ambos y el comentario irónico de Chris Martin, vocalista de la banda —“O están teniendo un romance o son muy tímidos”—, fueron suficientes para generar un video viral que superó los millones de visualizaciones en pocas horas.
La situación escaló cuando usuarios en redes identificaron a ambos ejecutivos como casados con otras personas, lo que incrementó el escándalo y detonó debates sobre privacidad, ética empresarial y el rol de los líderes corporativos frente al escrutinio público.
Un nombre que dominó las búsquedas online
Según datos de Business Insider, el término “Byron” fue buscado más de 2 millones de veces en Google en un solo día, lo que demuestra el nivel de exposición que alcanzó el caso.
En medio de la confusión, circuló un supuesto pedido de disculpas de Byron que más tarde se descubrió que era falso y provenía de una cuenta parodia.
La empresa, valuada en más de 1.000 millones de dólares, enfrenta ahora un complejo proceso de recuperación reputacional.