La actriz estadounidense Kelley Mack, conocida por su papel como Addy en la novena temporada de The Walking Dead, falleció a los 33 años en su ciudad natal, Cincinnati, Ohio, debido a un glioma difuso de la línea media, un tipo de tumor cerebral agresivo.

La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado en su cuenta de Instagram, donde su hermana Kathryn expresó: “Con una tristeza imborrable, anunciamos el fallecimiento de nuestra querida Kelley. Una luz tan brillante y ferviente ha transitado al más allá”.

Mack murió pacíficamente, acompañada por su madre, Kristen, y su tía Karen.

Mack, cuyo nombre real era Kelley Lynne Klebenow, también participó en series como Chicago Med (como Penélope Jacobs) y 9-1-1, además de películas como Broadcast Signal Intrusion (2021), Delicate Arch (2024) y Ricky (aún no estrenada).

Incursionó en la producción y el guion, colaborando con su madre en proyectos como On The Black.

Su carrera incluyó más de 35 créditos actorales y trabajos de doblaje, como la voz de Gwen Stacy en anuncios relacionados con Spider-Man: Into the Spider-Verse.

Diagnosticada con el tumor a finales de 2024, Mack compartió su lucha en redes sociales, incluyendo los desafíos tras una biopsia espinal que le causó parálisis parcial. A pesar de esto, mostró resiliencia, celebrando hitos como volver a caminar en marzo de 2025 tras radioterapia.

Su familia anunció una celebración de su vida el 16 de agosto en Ohio y otro evento en Los Ángeles.

Su legado perdura en sus contribuciones al cine y la televisión, recordada por su talento, calidez y espíritu vibrante.

Las condolencias han llegado de colegas, amigos y fans que la recuerdan como “talentosa” y un “alma dulce”.

“¡Qué persona tan increíble! Estoy muy orgullosa de haber luchado junto a ella en nuestro último episodio juntas”, escribió Alanna Masterson, quien también protagonizó “The Walking Dead”.