Gran parte de los argentinos limitó sus salidas a comer afuera en el último año. Al menos así lo marcó una encuesta nacional que fue realizada en marzo por Insights de Kantar, una empresa líder en datos, experiencia y tecnología, la cual indicó que el 76% restringió la frecuencia de esas experiencias, sobretodo en los sectores de menores ingresos.

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Los motivos son varios. El alto costo recurrente en restaurantes o bares, el tiempo de espera, malas experiencias previas, entre otras razones.

Aquellos que aún continúan con estos hábitos tratan de hacerlo al menos una vez por semana. Algo que representó al 42% de los encuestados. El 66% lo intenta para socializar, mientras que el restante lo hace para celebraciones y es más común entre los adultos de 35 a 49.

Los restaurantes casuales son los más interesantes para el 61% de los argentinos. A los que les siguen los locales de comida rápida, sobretodo en jóvenes de 18 a 34 años, y luego las cafeterías.

Luciana Dellisanti, representante de Kantar en el país, explicó los motivos en medio de la realidad económica argentina. 'Las marcas deben ir más allá de la conveniencia. Ofrecer una experiencia significativamente diferente es clave', sostuvo.

En el informe se remarcó que las nuevas generaciones suelen ser más exigentes. En su caso, no sólo les interesa un buen precio, sino también tener experiencias más reconfortantes. Esto representa un reto, aunque más bien una oportunidad para los establecimientos gastronómicos.