La campaña electoral en la Ciudad de Buenos Aires se puso en marcha con un objetivo claro para La Libertad Avanza: asestar un golpe letal al PRO en su principal bastión. El vocero presidencial, Manuel Adorni, asumirá personalmente la dirección de la estrategia electoral, encabezando la lista de candidatos a legisladores en las elecciones del 18 de mayo, según informó el Buenos Aires Times. En este contexto, un eventual triunfo de Leandro Santoro, candidato del peronismo, no sería visto como una tragedia, sino como una oportunidad para los libertarios, quienes buscan debilitar al PRO y consolidar su posición como la principal fuerza anti-kirchnerista.

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Adorni, quien también es secretario de Comunicación y Medios de la Nación, anunció este jueves en su habitual conferencia de prensa que renunciará a su cargo si es electo legislador, pero dejó abierta la posibilidad de continuar como vocero del Gobierno. "En caso de ser electo, si la gente me elige, voy a dar un paso al costado y me enfocaré en la Legislatura porteña a partir del 10 de diciembre", aseguró, aunque aclaró que hasta entonces "seguirá siendo la voz del Gobierno" y no responderá preguntas sobre las elecciones porteñas. Sin embargo, desde su entorno deslizaron a MDZ que Adorni planea mantener su rol como portavoz de Javier Milei, incluso si asume en la Legislatura. "Él va a seguir siendo vocero pero desde otro lugar. Va a seguir dando las conferencias", afirmaron, sugiriendo que las conferencias de prensa podrían continuar por un largo tiempo.

La estrategia de Adorni se basa en una "no-campaña" que evita los tradicionales actos y recorridas proselitistas, asociados a lo que los libertarios llaman "la casta". "No va a salir a hablar con jubilados, encabezar actos, nada que le quite su esencia. No le sale", explicó un colaborador del vocero, quien destacó que Adorni ya tiene un 100% de conocimiento entre los porteños, por lo que no necesita instalarse. "Manuel hace su campaña desde las conferencias, aunque no vaya a hacer mención a la ciudad", agregó. Esta decisión va en contra de un sector del Gobierno que proponía una campaña en el barro, aprovechando la elevada imagen positiva del vocero. Sin embargo, su equipo rechazó esa posibilidad, argumentando que "está demostrado que eso y el coaching no funciona". Como ejemplo, citaron al exjefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, quien intentó mostrarse haciendo surf o bailando con jubilados durante su precandidatura presidencial, sin éxito. "Todos los que intentaron mostrar algo que no son les fue mal", sentenciaron.

Adorni impuso una única condición para liderar la lista libertaria: ser su propio jefe de campaña. "No le pueden decir qué hacer", subrayaron desde su entorno. Por eso, el vocero se limitará a sus conferencias de prensa y a sus giras por canales de televisión, incluyendo posibles visitas a portales con líneas más antagonistas al Gobierno. Su mano derecha en la campaña será el subsecretario de Comunicación y Medios, Javier Lanari, quien también continuará trabajando en la gestión diaria del área. Para el equipo de Adorni, esta estrategia acotada es suficiente para hacer un buen papel en las elecciones porteñas, donde el objetivo no es necesariamente salir primeros, sino golpear al PRO. "Hoy nos vemos segundos, uno o dos puntos detrás de Santoro", reconocen en Casa Rosada, pero esto no genera preocupación. "Lo que queremos es ganarle al PRO. Que gane Santoro nos sirve porque con eso podemos alertar que el kirchnerismo está vivo y ganando en la Ciudad de Buenos Aires", enfatizaron.

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Para La Libertad Avanza, un triunfo de Santoro relegaría al PRO a un tercer lugar, lo que ayudaría a concentrar a las fuerzas anti-kirchneristas detrás de su sello. "Después todos se pintan de violeta", anticipan, refiriéndose al color que identifica al partido de Milei. En Casa Rosada analizan que "el sistema político olió la sangre del PRO" en su propio territorio, lo que fragmentó la oferta electoral y debilitó al oficialismo porteño. Un mal resultado para el PRO complicaría sus negociaciones con los libertarios de cara al armado de listas para las elecciones nacionales de octubre y sería un duro golpe de cara a 2027, cuando se definirá la jefatura de Gobierno. "Por eso nos vimos obligados a jugar el ancho de espada", sentencian, refiriéndose a la candidatura de Adorni como una jugada estratégica para posicionarse como favoritos en la carrera por el control de la Ciudad de Buenos Aires.