Tras el escándalo que provocó el caso Solange, en el que un padre no pudo darle el último adiós a su hija, una enferma termina de cáncer que estaba en la provincia de Córdoba y murió sola por culpa de los estrictos protocolos de covid-19 y la inhumanidad de los funcionarios de seguridad de esa provincia que le prohibieron el ingreso a su padre, ahora un grupo de personas que depende del Conicet está promoviendo un protocolo para que los enfermos terminales tengan un último adiós digno.

Promueven un protocolo para que enfermos terminales "se puedan despedir" de sus familiares a pesar de la pandemia
La mayoría de las personas han muerto solas, sin velatorio y sin poder dar "el último adiós".

Se trata de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida, que depende del Conicet, quienes informaron que tiene el objetivo de impulsar un protocolo que permita a familiares despedirse de enfermos terminales por coronavirus. Así lo anunció ayer 23/08 una de sus miembros en el reporte del Ministerio de Salud de la Nación.

La Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida se creó a fines de julio de este año “para dar respuestas institucionales a los problemas relacionados con el proceso de morir” en el contexto de la pandemia.

Está integrada por expertos y expertas de distintas dimensiones relacionadas con los “derechos y decisiones en el fin de la vida a fin”, según la información del Conicet.

Según explicaron, la Red reúne especialistas en abogacía, medicina, historia, sociología, antropología y filosofía entre otras disciplinas.

“Los cuidados en el proceso de morir son un asunto central en la humanización de la medicina. La muerte es inherente a la vida, pero el proceso de morir es un asunto que nos compete como sociedad y que tiende, si está humanizado, a mejorar nuestra calidad de personas en toda la sociedad”, dijeron desde la Red.

Qué impulsan:

“Desde la Red lo que queremos es desarrollar protocolos para que el acompañamiento humanizado sea posible y las despedidas y los rituales funerarios tengan un lugar”, aseguró Graciela Jacob, médica paliativista.

Jacob explicó que “por cada persona que muere el impacto (que produce) está calculado en seis personas más entre su familia y su entorno afectivo”. De esa manera, agregó “si ustedes multiplican por seis los números que tenemos a diario sabremos que tenemos un problema de salud pública”.

“En estos días hemos escuchado historias muy desgarradoras”, sentenció.

En este contexto, la doctora aseguró que se está trabajando en un protocolo que permita las despedidas de familiares en el contexto de las medidas sanitarias por coronavirus.

“Los pacientes tienen derechos a tomar decisiones, a estar acompañados y a expresar sus voluntades, y en esta pandemia hay cierta condición entre los derechos y lo que el sistema tiene que ofrecer en función del aislamiento”, indicó.

“Por eso, entendemos que tenemos que desarrollar protocolos que puedan cuidar a todos, al personal de salud, a los pacientes, y que puedan cuidar a los familiares que se puedan acercar para despedirse”, señaló Jacob integrante de la Red que depende del Conicet.

Al referirse a las muertes ocurridas en el contexto del aislamiento, Jacob reiteró: “En estos días hemos escuchado historias muy desgarradoras, historias en las cuales alguien no se pudo despedir, historias donde madres ancianas quedaron aisladas, donde familiares no se pudieron despedir de sus seres queridos y algunas veces ni siquiera pudieron ver el cuerpo de su familiar fallecido”.

“Estas muertes en aislamiento, en soledad, casi desaparecidas del entorno familiar son muertes que se cursan con muchísimo sufrimiento para la familia y es un impacto para la sociedad”,sentenció.