Escándalo: Renunció el director de Pesca tras denunciar presiones de la familia Mondino para ignorar buques ilegales

En un nuevo escándalo que salpica al gobierno nacional de Javier Milei, el director de Pesca Julián Suárez presentó su renuncia indeclinable en las últimas horas entre denuncias por presuntas presiones y amenazas de parte de Pablo Ferrara, funcionario de la Cancillería y sobrino de la ministra Diana Mondino, quien le habría exigido hacer la vista gorda y permitir la actividad ilegal de buques chinos en el Mar Argentino para la captura de decenas de toneladas de merluza negra por encima del cupo legal.

Suárez se desempeñaba hasta este martes al frente del sector de Control y Fiscalización Pesquera, localizado bajo la órbita de la subsecretaría de Pesca que conduce Juan Antonio López Cazorla. El dirigente había cumplido funciones en el área desde la gestión precedente, y si bien puso su renuncia a disposición de la administración de La Libertad Avanza con el traspaso de mando, las autoridades decidieron mantenerlo en el puesto en el mandato entrante.

Sin embargo, esta semana se precipitó de pronto su salida intempestiva, supuestamente producto de amenazas que habría sufrido el hoy exfuncionario tras una decisión vinculada a la actividad del buque Tai An chino. Es que Suárez había dictaminado días atrás el regreso obligatorio de la embarcación a puerto por ejercer actividades de pesca ilegal en el Mar Argentino y capturar unas 142 toneladas de merluza negra por fuera de los cupos permitidos por la ley.

Tras esto, el director denunció que fue foco de llamadas intimidatorias de Pablo Ferreira, un funcionario del ministerio de Relaciones Internacionales y sobrino de la canciller Mondino, quien lo habría presionado con el objetivo de que retire la disposición sobre el buque e ignore lo ocurrido. Aparentemente, y según trascendidos periodísticos, las comunicaciones telefónicas se habrían repetido durante todo el fin de semana.

Julián Suárez, hasta esta semana director de Control y Fiscalización Pesquera [Revista Puerto]

A ello se sumó el peso de una medida de gobierno que recayó sobre Suárez por la que, en el marco del fuerte ajuste y achicamiento de la administración pública instrumentados por la administración mileísta, se le pidió al funcionario la confección de una lista con cincuenta nombres del área para ser despedidos, además del anuncio de la eventual eliminación de resoluciones promovidas en la gestión del Frente de Todos.

El escándalo llevó al dirigente a realizar un fuerte descargo en redes sociales, donde señaló: "Se cierra una etapa muy intensa en los últimos cuatro años para mí. Lamento la situación porque mis compañeros están muy mal, en estos tres meses logramos avances en cuanto al personal, pero hay gente que solo ha cobrado enero. Algunos llevan treinta años trabajando para esta estructura y no saben si se quedarán en la calle, sin ninguna posibilidad de reinserción debido a la situación actual del país y su edad. Estamos hablando de cincuenta familias que quedarán en la calle".